La vinculación con la sociedad existe y se posiciona como función sustantiva para las instituciones de educación superior, por cuanto ella actúa como puente estratégico de conexión entre el accionar de las universidades y las necesidades reales de la sociedad en el entorno. La vinculación con la sociedad hace posible que se complete el círculo virtuoso de la educación superior, a través del cual, la labor educativa e investigadora de las universidades se filtra por el sistema circulatorio del territorio y logra que, el conocimiento generado, se transforme en conocimiento compartido e innovación social.
De acuerdo al Art. 4 del Reglamento de Régimen Académico expedido en 2019 por el Consejo de Educación Superior del Ecuador (CES), la vinculación con la sociedad se suma alas funciones sustantivas de docencia e investigación y «contribuye con la pertinencia del quehacer educativo, mejorando la calidad de vida, el medio ambiente, el desarrollo productivo y la preservación, difusión y enriquecimiento de las culturas y saberes».
Hemos desarrollado proyectos de biocomercio en la Amazonía que han ayudado a comunidades indígenas a ser más eficaces en la producción y comercialización de productos tradicionales. A través de la «Escuela del Agua» se ha formado a funcionarios de los distintos niveles gubernamentales en la conservación y gestión integral de fuentes de agua en el país. Y, como parte de la Mesa Provincial del Café, hemos aportado al desarrollo del sector cafetalero con la creación y difusión de la marca «Lojano café de origen» y la construcción de un laboratorio del café y una escuela del café.
La literatura y la normativa que rige y regula los distintos sistemas de educación superior alrededor del mundo, son claros en evidenciar la importancia de la vinculación con la sociedad como parte de la labor y gestión de las universidades. No obstante, es una función que corre el riesgo de ser asumida —desde una perspectiva de complementariedad secundaria— como la ejecución de acciones aisladas.
Conversamos entonces con el rector de la UTPL, Santiago Acosta Aide, para descubrir cómo la universidad supera esta visión limitada y pone en valor la correcta definición, alcance e impacto de esta función sustantiva en el contexto actual y frente a los Objetivos Mundiales a los que nos convoca la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para 2030.
«Nuestro modelo de vinculación con la sociedad apunta hacia una gestión inteligente del territorio, con diferentes ejes conceptuales, como lo son: la distribución social del conocimiento, la innovación social, la sostenibilidad, la gestión de datos sobre el territorio, la cooperación y la promoción de la dignidad integral del ser humano».
Ph. D. Santiago Acosta Aide
Rector UTPL