De acuerdo al diccionario panhispánico del español jurídico, una fundación universitaria es una «fundación dependiente de una universidad que generalmente tiene encomendada la gestión económica derivada de los contratos de transferencia de resultados de la investigación que suscriben los profesores universitarios con las empresas» (2023).
Desde esa visión, se estima que la mayor parte de las fundaciones universitarias nacen entre 1980 y 2001 y que sus funciones principales refieren a formación, promoción de la investigación, concesión de becas, inserción laboral y creación de viveros de empresas, según datos de un estudio realizado en Europa por el Instituto Interuniversitario «Investigación Avanzada sobre Evaluación de la Ciencia y la Universidad» (2011). Pero en Ecuador, la historia de las fundaciones universitarias es otra, empezando por el hecho de que su presencia es reducida en comparación con otros países iberoamericanos y de que los retos que afrontan dentro de un país en vías de desarrollo son apremiantes.
En esta entrevista, conversamos con Roberto Beltrán Zambrano, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo Empresarial y Social (FEDES) ―una fundación aliada a la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL)―, para profundizar en torno a la misionalidad de las fundaciones universitarias como herramientas estratégicas de vinculación con la sociedad y descubrir cuál es el camino recorrido por FEDES al cumplir, este 2023, 10 años de servicio en Ecuador, realizando una gestión que ha permitido contribuir al desarrollo sostenible de las comunidades, a partir de la extensión de los proyectos universitarios generados desde la academia e investigación para dar solución a problemáticas reales identificadas en el territorio.
FEDES inició proponiendo soluciones de gestión y administración a los proyectos asignados por la universidad en el marco de una alianza estratégica. Es así que, empezó por gestionar el Centro de Innovación y Emprendimiento «Prendho», el Sistema Integrado Filarmónico Infanto Juvenil (SINFIN) y la Estación Agropecuaria UTPL.
Quizá fue lo inverso a un proceso de planificación. A partir de ahí fuimos pensando cómo podría y debería actuar una fundación universitaria, sin desatenderse de la educación que es su razón de ser. Ahí fue cuando propusimos la creación de otros proyectos como el Centro de Innovación y Desarrollo para la Industria y Minería (CIMA), la Escuela de Operadores Profesionales de Maquinaria Pesada (Escop UTPL), la Escuela de Negocios «EDES» y la Planta de Cerámica «CerArt UTPL», pensando siempre en cómo podemos impactar positivamente la sociedad y el entorno.
¿Cómo hacemos para que la economía mejore… para que la calidad de los emprendimientos sea diferente… para que el emprendedor no se quede solo en Loja, sino que expanda sus horizontes… para que las comunidades tengan un futuro digno y una vida plena? ¿Cómo hacemos para que estudiantes y docentes se involucren en la transformación soñada? De esta forma, nuestros primeros proyectos provocaron una reflexión interna institucional que, al mismo tiempo, se compaginó con la acción de producir y ejecutar nuevos proyectos y buenas prácticas desde la fundación.
Desde esta reflexión, FEDES moviliza su accionar promoviendo iniciativas, programas y proyectos que trabajan por la construcción de comunidades sostenibles, desde cuatro ejes: crecimiento económico, innovación y emprendimiento, vinculación con las personas e investigación aplicada.
Para nosotros ha sido una historia de crecimiento, aprendiendo cómo hacer vinculación diferente. Hay mucha creatividad en los programas, en la búsqueda de fondos, en el relacionamiento con autoridades públicas y privadas, y, en la identificación de aliados estratégicos.
Actualmente, FEDES no solo actúa en el sur del Ecuador, sino a nivel internacional. Su crecimiento ha sido exponencial, demostrando tres valores auténticos: creatividad, innovación y flexibilidad.
Entonces, entendemos al desarrollo sostenible como la capacidad de construir comunidades sostenibles y reducir desigualdades a través de la articulación de esfuerzos y capacidades por parte de múltiples actores.
Se trata de entender el entorno y de relacionarse con la sociedad inscrita en el territorio, para entonces, convertirse en una especie de radar y traductor efectivo, en donde se diga: «¡aquí hay un problema!» y, posterior a ello, se unan capacidades y se generen soluciones pertinentes y oportunas aprovechando el poder transformador de la educación.
Hemos escuchado testimonios de personas que han pasado por los diversos proyectos de FEDES y nos cuentan que hay un antes y un después en ellos, porque nos dicen que nosotros hemos abierto sus ojos a todo lo que pueden hacer y que les hemos brindado las herramientas necesarias para hacer de forma correcta algo diferente a lo que venían haciendo.
Así asumimos este objetivo de la ONU: para reducir las desigualdades hay que generar posibilidades y oportunidades. Hay que promover un cambio y ese cambio tiene que dejar una huella positiva.
A la vez, también nos encontramos impulsando a los migrantes y a personas que viven en circunstancias de violencia de todo tipo. Nuestros proyectos apoyan con formación y capacitación a todas las personas que pertenecen a grupos vulnerables y minoritarios de la sociedad, con una formación técnica y humana. Ahí creemos que generamos un cambio integral y sostenible. Generamos empoderamiento, no como cliché, sino como realidad.
Durante la pandemia, lideramos un programa para acercarnos con educación a varias escuelas rurales de la provincia de Loja que no tenían acceso a internet, pero nos acercamos con docentes, no con despliegue tecnológico.
Nuestro reto como fundación ―y más ahora, avizorando una era hipertecnológica― es expandir el alcance de las iniciativas de la universidad, generar alianzas con otros actores estratégicos e impulsar este tipo de proyectos que contribuyan a reducir la brecha tecnológica en el país.
Asimismo, con la gestión de Prendho UTPL y el apoyo económico del Fondo Ítalo Ecuatoriano para el Desarrollo Sostenible (FIEDS), hemos impulsado un proyecto de incubación de ideas de negocio y entrega de capital semilla no reembolsable para la reactivación económica de este grupo vulnerable de la sociedad a través del emprendimiento y la innovación, ejecutados desde el conocimiento formal, no desde la improvisación.
Y quizá otro componente característico de FEDES es su capacidad para generar alianzas y obtener recursos humanos y económicos. Una fundación universitaria no puede jamás esperar que sea la universidad la que va a pagar sus cuentas. Efectivamente, la universidad es la que invierte en proyectos de vinculación, pero es la fundación la que tiene que desarrollar la capacidad para generar alianzas y obtener recursos que le permitan expandir el alcance de los proyectos universitarios.