El cambio climático que el mundo afronta hoy, está caracterizado por olas de calor extremas, inundaciones, incendios forestales, huracanes, sequías, entre otros fenómenos meteorológicos y desastres naturales sin precedentes, que lo constituyen en un reto global prioritario y urgente. Las altas y permanentes emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a causa de actividades humanas sin control ni conciencia ambiental, aceleran vertiginosamente las consecuencias negativas del calentamiento de la Tierra, tornando difícil la adaptación oportuna a las nuevas condiciones del planeta, mientras se trabaja por mitigar efectos futuros que ―de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés)― se proyectan como implacables y devastadores a nivel social, económico y ambiental.
El llamado de la ONU es contundente para que el aumento de la temperatura media del planeta no supere a largo plazo más de 1,5 °C; ya que, de suceder, se desencadenarían puntos de inflexión climáticos con impactos negativos irreversibles para la humanidad, como: daños en los sistemas de circulación oceánica y colapso de los sistemas de arrecifes de coral tropicales. Con estos daños severos, miles de millones de especies marinas estarían en peligro y millones de personas perderían su fuente de alimento y sustento económico.
La academia, como actor estratégico de la sociedad, tiene un rol preponderante en el cumplimiento de este objetivo mundial que se consolida en la única vía para que el planeta Tierra continúe siendo habitable y sostenible para la humanidad, en razón de que en la educación reside el poder de formar a las presentes y futuras generaciones en conocimientos, competencias y hábitos diarios que estén en la capacidad de desencadenar un efecto dominó en pro de la vivencia de un activismo por el clima, transformador.
En este rol, las universidades, a través de sus funciones sustantivas más avanzadas de educación superior, investigación científica y vinculación, cierran la brecha de conocimiento y tecnología, fortalecen la comprensión de la crisis climática en la sociedad, y articulan y focalizan esfuerzos de entidades gubernamentales, empresas privadas y ONG en territorio, posibilitando así la toma de decisiones informada y la implementación de políticas públicas de mitigación y adaptación frente a la crisis climática.
A partir de la claridad de esta visión, la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) es una de las instituciones de educación superior que, desde que se instauró la Agenda 2030 de la ONU en 2015, ha transversalizado los principios del desarrollo sostenible en su accionar, alineando sus proyectos e iniciativas académicas y de investigación e innovación a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que juntos contribuyen no solo a la reducción de la huella ambiental, sino también a la construcción de un mundo próspero, inclusivo y de paz.
En esta entrevista, conversamos con Santiago Ojeda Riascos, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de esta universidad, con quien profundizamos en torno a las acciones que desde la academia se gestan en Ecuador para desacelerar y disminuir las concentraciones globales de GEI. Descubrimos que las medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, se imbrican en el quehacer institucional de la universidad:
- Por una parte, creando programas académicos de tercer y cuarto nivel que integran en su currículo la educación y sensibilización en torno a la crisis climática y el desarrollo de capacidades y buenas prácticas sostenibles en distintas áreas del conocimiento; y,
- Por otra, impulsando proyectos de investigación e innovación social que generan información oportuna para el establecimiento de políticas públicas y posibilitan la generación de alianzas para la ejecución de estrategias y planes de acción con fines de mitigación y adaptación al cambio climático.
Adicional a ello, las instituciones de educación superior deben impulsar investigaciones interdisciplinarias que aporten soluciones innovadoras y sostenibles para mitigar consecuencias futuras del cambio climático y generar una correcta adaptación a sus efectos presentes. La vinculación con la sociedad es esencial para trasladar el conocimiento académico a la práctica, fomentando proyectos que involucren a comunidades locales y promuevan la adopción de prácticas sostenibles. La colaboración con gobiernos, empresas y organizaciones no gubernamentales es también primordial para desarrollar políticas efectivas y promover un cambio significativo en la sociedad.
La vinculación con la sociedad es otro pilar fundamental en su modelo de actuación, ya que desde esta función sustantiva la universidad trabaja con comunidades locales para implementar prácticas sostenibles y resilientes, y, por medio de la colaboración con organismos nacionales e internacionales, impulsa políticas y estrategias que contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático.
Este enfoque integrado permite a la UTPL tener un impacto real y contundente frente al cambio climático, demostrando su compromiso con el desarrollo sostenible.
Estos proyectos no solo contribuyen a la consecución del ODS 13, sino que también tienen un impacto positivo en la calidad de vida de las personas y en la conservación del medio ambiente, promoviendo prácticas sostenibles y resilientes en las comunidades involucradas.
La UTPL ha participado también en la creación de estrategias de gestión de desastres naturales, proporcionando datos científicos que apoyan la formulación de políticas públicas efectivas. Este enfoque basado en evidencia permite a los gobiernos y comunidades adoptar medidas informadas y sostenibles para enfrentar los desafíos del cambio climático.
Esta integración curricular asegura que los graduados estén capacitados para contribuir activamente a la mitigación del cambio climático desde sus respectivas disciplinas, promoviendo una cultura de sostenibilidad y responsabilidad ambiental.
Los informes oficiales del año 2022 y 2023 de la Dirección General de Vinculación con la Sociedad de la UTPL subrayan cómo los proyectos comunitarios han promovido la adopción de tecnologías limpias y la conservación de recursos naturales, beneficiando a numerosas comunidades rurales. Indicadores de desempeño, como la disminución de emisiones de GEI y el aumento de áreas conservadas, reflejan el éxito de estas iniciativas. Estos esfuerzos han contribuido a la construcción de una sociedad más resiliente y comprometida con la sostenibilidad ambiental.
La academia debe continuar fomentando la investigación aplicada y la innovación en tecnologías limpias, así como la educación ambiental en todos los niveles educativos. Además, es necesario ampliar la transferencia de conocimiento y tecnología a comunidades locales, asegurando que los beneficios de las investigaciones lleguen a quienes más lo necesitan.
En Ecuador, es fundamental establecer marcos normativos y políticas públicas que promuevan la sostenibilidad y la acción climática, apoyados por evidencia científica y participación ciudadana. Solo a través de un esfuerzo conjunto y continuo se podrán dar pasos firmes hacia la sostenibilidad del planeta.
En Ecuador, es fundamental establecer marcos normativos y políticas públicas que promuevan la sostenibilidad y la acción climática, apoyados por evidencia científica y participación ciudadana. Solo a través de un esfuerzo conjunto y continuo se podrán dar pasos firmes hacia la sostenibilidad del planeta.
Santiago Ojeda Riascos
Decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales – UTPL
