Hace más de cinco años, en octubre de 2018, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), como entidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encargada de evaluar la información científica en materia de cambio climático y de sus potenciales impactos ambientales y socioeconómicos a nivel internacional, exhortó a los países a que la temperatura media del planeta no supere a largo plazo un aumento de 1,5 °C debido a las consecuencias catastróficas que un calentamiento global superior puede suponer; no obstante, solo de enero a diciembre de 2023 el planeta ya vivió el año más cálido de la historia con un crecimiento de la temperatura media mundial de 1,45 °C, en comparación con el periodo preindustrial (1850-1900), de acuerdo a la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Aunque esta anomalía debe registrarse de forma reiterada por mínimo dos décadas para considerar que la temperatura global en efecto cambió, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), observa que los 10 años más cálidos que ha afrontado el mundo desde 1850, han ocurrido todos en la última década.
En este contexto, ambas entidades advierten que 2024 podría fácilmente superar el récord de calor del año precedente y de esta forma acrecentar y acelerar los efectos negativos del cambio climático que incluyen olas de calor, inundaciones, incendios forestales, huracanes, sequías extremas y otros desastres naturales que ya afectan a la humanidad actualmente y que en los últimos años se han convertido en los más devastadores de la historia.
Estas son solo algunas de las consecuencias que configuran el cambio climático y que lo constituyen en un reto prioritario y urgente para todos. Su origen son los gases de efecto invernadero que producen el calentamiento global y, como en todo problema, la búsqueda de su solución debe radicar en la raíz, mientras se genera adaptación y resiliencia a los efectos secundarios.
Esta es la premisa que da vida a iniciativas como el Observatorio del Clima de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) que, desde 2011, monitorea y analiza el clima en el sur del Ecuador para generar información estratégica y fortalecer capacidades individuales y colectivas que permitan tomar decisiones acertadas y oportunas en relación al clima, incidiendo así directamente en la mitigación y adaptación que demanda el cambio climático.
De acuerdo a Andreas Erwin Fries, investigador alemán especializado en Climatología y Ciencias Naturales y coordinador del observatorio, la información que genera esta iniciativa incluye datos climáticos en tiempo real sobre variables comotemperatura, humedad relativa, viento, radiación solar, radiación ultravioleta, presión y contaminación atmosférica, entre otras, gracias a diez estaciones meteorológicas y cuatro sensores de calidad de aire instalados en la provincia de Loja. Asimismo, genera información específica sobre precipitaciones en las provincias de Loja y El Oro, a través de un radar meteorológico ubicado en el Cerro Guachahurco, el punto más alto de Loja, con 3100 m s. n. m. Con esta información, el Observatorio del Clima de la UTPL busca apoyar al Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI) y a otras organizaciones nacionales e internacionales a implementar acciones de mitigación y adaptación frente al cambio climático en la región.
El Observatorio del Clima de la UTPL monitorea, procesa, analiza y difunde variables meteorológicas para informar, permanente y oportunamente, a la sociedad y a diferentes entidades públicas y privadas del país sobre el clima y sus amenazas, así como sobre la vulnerabilidad de los territorios al cambio climático. Toda la data que generamos se encuentra abierta al público por medio de nuestra página web, de una aplicación móvil que configuramos y de tesis, artículos científicos, informes técnicos y boletines divulgativos que publicamos periódicamente.
Andrea Erwin Fries
Coordinador del Observatorio del Clima – UTPL
La información climática del sur del Ecuador en tiempo real es accesible al público de forma gratuita y didáctica a través de la página web del Observatorio del Clima y de la app gratuita WeatherLink; pero, ¿qué hacer con estos datos que se encuentran a nuestro alcance y cómo tomar acción informada con ellos para incidir en el mejoramiento de la calidad de vida, en la conservación del planeta y en la mitigación del cambio climático?
A continuación, resolvemos esta interrogante con 5 ideas prácticas que son posibles de ejecutar en la vida diaria con la información climática en tiempo real a la que tenemos acceso, generando un impacto positivo en la sociedad y el planeta:
1. Mejoramiento de la calidad de vida
Los datos climáticos en tiempo real que el Observatorio del Clima de la UTPL genera a través de sus estaciones, radares y sensores, se pueden consultar en la app WeatherLink que se encuentra disponible para descarga gratuita en dispositivos móviles con sistema operativo Android o iOS. Esta información tiene el potencial de mejorar la calidad de vida porque permite adoptar medidas informadas sobre el consumo energético, movilidad, salud y cuidado personal en actividades diarias.
Fries explica que, conocer datos climáticos en tiempo real, como la variación de la temperatura, la radiación solar y los niveles de precipitación, hace posible que las personas tomen decisiones inmediatas referente al mejor momento para realizar actividades al aire libre y cómo prepararse para salir de un lugar y estar listas para responder a las inclemencias del clima, especialmente en el caso de bebés, niños y adultos mayores.
💡 Tip: conociendo que tu zona geográfica atraviesa olas de calor intensas con alta radiación ultravioleta, podrás prever tu cuidado personal con doble protección solar, portando una gorra, sombrero o sombrilla como barrera adicional en tu rutina del día.
2. Educación para la concienciación ambiental
La disponibilidad de información climática desde 2011 hasta la actualidad, por medio del visor de datos web del Observatorio del Clima de la UTPL, constituye una herramienta educativa estratégica, ya que esto permite a niños y jóvenes no solo aprender teóricamente sobre el clima, sino comprobar de forma directa su influencia en distintas actividades humanas y en los propios ecosistemas.
Gracias al análisis comparativo de estos datos en el largo plazo, el mismo que se plasma en los artículos científicos y boletines divulgativos que genera periódicamente el observatorio, es posible además establecer tendencias climáticas que en las instituciones educativas y comunidades locales pueden ser utilizadas para comprender el cambio climático en su región e implementar medidas de conservación ambiental pertinentes para el territorio específico en el que se encuentran.
💡 Tip: si el clima de un lugar está caracterizado por ausencia de precipitaciones, temperaturas altas, vientos fuertes y poca cobertura de nubes, es probable que el sector esté afrontando una temporada de sequía. En este caso, desde escuelas, colegios y comunidades, se podrán impulsar acciones diarias de cuidado y ahorro del agua, reforestación de plantas nativas, protección del suelo, etc.
3. Gestión urbana sostenible
Los datos climáticos a largo plazo sobre un territorio contribuyen a la optimización de la gestión urbana sostenible, ya que las tendencias climáticas orientan a organismos gubernamentales y empresas privadas sobre los desafíos a los que está expuesta cada ciudad y las medidas que se requiere adoptar para el correcto desarrollo de proyectos de construcción.
Los planes de expansión urbana deben ser pensados para dar respuesta a desafíos climáticos actuales y futuros como inundaciones o sequías, minimizando así los impactos negativos que se puedan afrontar por desastres naturales. Esta gestión estratégica del territorio solo es posible tras un análisis crítico de las variaciones del clima a lo largo del tiempo, lo que permite optimizar el diseño de casas, edificios y espacios públicos para aprovechar las condiciones climáticas naturales, reduciendo la dependencia a sistemas de climatización artificial y, por ende, disminuyendo el consumo de energía.
💡 Tip: conociendo patrones de lluvia, temperatura y viento, es posible diseñar sistemas de drenaje eficientes que reduzcan el riesgo de inundaciones en zonas vulnerables.
4. Innovación tecnológica para la sostenibilidad
Los datos climáticos en tiempo real también pueden ser empleados para la innovación tecnológica que aporte a la sostenibilidad del planeta.
La información generada por el Observatorio del Clima de la UTPL puede inspirar y ser la base de conocimiento para tu próxima innovación como startup, creando modelos climáticos precisos para el sur del Ecuador o desarrollando soluciones sostenibles para empresas o gobiernos, fundamentadas en las variables climáticas que se reportan y analizan de acuerdo a estándares internacionales.
💡 Tip: teniendo acceso a información climática en tiempo real y a largo plazo, se pueden desarrollar sistemas de energía solar y eólica que se adapten a los patrones de sol y viento locales, optimizando la generación de energía renovable y limpia.
5. Agricultura y ganadería sostenible
La agricultura y ganadería son dos de los sectores que mayores beneficios pueden obtener de la información climática en tiempo real y a largo plazo, ya que las prácticas agrícolas y ganaderas pueden adaptarse de forma oportuna a las condiciones cambiantes del entorno, logrando así prever las mejores fechas de siembra y cosecha, los lugares más idóneos para producción de cultivos y tenencia de ganado, entre otras acciones que contribuyen a minimizar los riegos y aumentar la productividad.
Al estar mejor informados sobre el estado del clima, los agricultores y ganaderos pueden planificar sus actividades de manera que favorezcan la sostenibilidad, garantizando no solo la viabilidad económica de sus cultivos y ganado, sino, ante todo, la conservación del medio ambiente para una buena calidad de vida en consecuencia.
💡 Tip: con información precisa sobre la humedad del suelo y precipitaciones, los agricultores y ganaderos pueden ajustar sus sistemas de riego para utilizar el agua de manera más eficiente, conservando este recurso vital y reduciendo costos.
Cada una de las ideas compartidas rescatan el poder de la información climática en tiempo real y a largo plazo como herramienta esencial para la toma de decisiones informadas, estratégicas e inmediatas frente a los retos inminentes que afrontamos como humanidad con el cambio climático.
El Observatorio del Clima de la UTPL proporciona datos meteorológicos valiosos que contribuyen a la promoción de la educación y alfabetización ambiental, la transformación de la gestión urbana, el impulso de la innovación tecnológica y el desarrollo de prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles en el sur del Ecuador. Comprender y aplicar esta información en la vida cotidiana hace posible que nos adaptemos con resiliencia a las condiciones climáticas actuales y afrontemos con éxito los desafíos futuros.
El reto no solo es de autoridades gubernamentales y empresas; el reto es de la sociedad civil: todas las personas que día a día ―con pequeñas acciones― estamos incidiendo en la mitigación o agudización del cambio climático. Es fundamental entonces que reconozcamos el poder del conocimiento al que tenemos acceso y lo traslademos a acciones efectivas que hagan posible el presente y futuro próspero y sostenible que anhelamos, impulsando en armonía el desarrollo humano y la conservación ambiental.