Distintas investigaciones científicas desarrolladas en Ecuador desde 1938, corroboran que el Abra de Zamora es un área clave de biodiversidad y uno de los centros de endemismo de anfibios más importante del mundo. Hasta mayo de 2024, de acuerdo a estudios de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), 47 especies de anfibios han sido registradas en esta zona, de las cuales, 22 son ranas endémicas y 14 son ranas nuevas para la ciencia. Cifras como estas resultan inusuales para un territorio relativamente pequeño como es el Abra de Zamora, un sector de 10 535 hectáreas de extensión que se ubica al sur de Ecuador, en el límite provincial entre Loja y Zamora Chinchipe. Pero, ¿a qué se debe esto?
Para comprender la relevancia biológica y ecológica del Abra de Zamora, Diego Armijos Ojeda, docente del departamento de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UTPL, menciona que es necesario reconocer primero las características biofísicas de la zona que la constituyen en un verdadero hotspot de biodiversidad, por albergar un sinnúmero de especies vegetales y animales endémicas y por enfrentar amenazas significativas a causa del cambio climático, la deforestación y contaminación ambiental, la propagación de enfermedades animales y la introducción de especies exóticas invasoras como pino, eucalipto, trucha y rana toro.
Desde una perspectiva genérica, el Diccionario de la Real Academia Española (2023) define el término ‘abra’, en su segunda acepción, como una «abertura ancha y despejada entre dos montañas» y, en su quinta acepción, como un «espacio desmontado, claro en un bosque». Al respecto, Armijos explica que, desde una perspectiva técnica, este término se debe analizar bajo la luz de la orografía y la ecología, porque si bien ‘abra’ describe a más de un sitio en Ecuador, Colombia y Perú que comparten geográficamente propiedades similares, el Abra de Zamora fundamenta su singularidad en sus características de clima, suelo y vegetación, que finalmente son las que inciden en la exuberancia de anfibios que la han hecho su hábitat y centro de diversificación.
Al ser un páramo del sur de Ecuador, el Abra de Zamora cumple además los servicios ecosistémicos de regulación hídrica (captación, conservación y distribución de agua para consumo humano y fines agrícolas) y purificación de aire (absorción de dióxido de carbono de la atmósfera).
A pesar de la riqueza floral y faunística reconocida en este sector, así como su rol fundamental en el desarrollo sostenible del país, diversos esfuerzos de investigación han puesto en evidencia que, así como las especies endémicas del Abra de Zamora van en aumento conforme se profundiza la exploración científica en sus inmediaciones, otras especies de ranas pueden estar extinguiéndose sin si quiera ser descritas para su conocimiento y conservación. En este contexto, en 2019, un proyecto de vinculación ejecutado por el Grupo de Investigación «Laboratorio de Ecología Tropical y Servicios Ecosistémicos» (EcoSs Lab) de la UTPL, en cooperación con el equipo de NCI y bajo el financiamiento del Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF, por sus siglas en inglés), pone el foco de atención en esta problemática de manejo y conservación ambiental y hace posible el logro de tres objetivos:
1.
La delimitación del Área Clave de Biodiversidad ‘Abra de Zamora’ con una aproximación más real a la geografía del territorio, empleando para ello herramientas de análisis cartográfico y de paisaje y modelos de nicho ecológico de especies claves y amenazadas.
2.
El planteamiento de una lista preliminar de las especies de anfibios presentes en el Abra de Zamora hasta 2020, evidenciando el registro de 29 especies pertenecientes a cuatro familias, de las cuales, 11 fueron catalogadas como endémicas y cuatro de ellas fueron reportadas con alerta de posible extinción al no haber sido vistas en los últimos 10 años.
3.
La construcción participativa de un plan de acción para la conservación de los anfibios presentes en el Abra de Zamora, que plantea 14 objetivos alcanzables en un plazo de 10 años a partir de su aprobación y publicación en 2020, y que concreta distintas acciones locales a ejecutar a través de un trabajo de cooperación interinstitucional en torno a cinco líneas estratégicas: política, legislación y articulación institucional; investigación y monitoreo de anfibios; conservación in situ y ex situ; comunicación, educación y capacitación; y, sostenibilidad financiera.
En la misma línea, en 2022, la UTPL junto a NCI, esta vez con el financiamiento de Rainforest Trust, impulsan un nuevo proyecto de vinculación con el que buscan ampliar y fortalecer el impacto de las acciones de investigación científica que contribuyen a la protección y monitoreo de especies de anfibios en el Abra de Zamora y, para 2027, lograr la ampliación del Parque Nacional Podocarpus hacia los territorios de esta área clave de biodiversidad que se encuentran sin un estatus de conservación dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador.
| Avances de investigación científica para la conservación del Abra de Zamora
En los últimos dos años, como parte de las acciones de exploración, monitoreo e investigación científica de anfibios que implica el segundo proyecto de vinculación ejecutado por UTPL y NCI, se han identificado en el Abra de Zamora ―hasta mayo de 2024― un total de 49 especies de anfibios, de las cuales, 22 son endémicas y 14 nuevas para la ciencia.
Entre las especies endémicas destacan cuatro géneros de anfibios: ranas de lluvia, ranas de cristal, ranas marsupiales y salamandras.
Durante este tiempo, el trabajo conjunto de EcosS Lab de la UTPL y NCI, logró la descripción de tres nuevos anfibios endémicos del Abra de Zamora: Pristimantis matildae, Pristimantis sagedunneae y Pristimantis samaniegoi, luego de un arduo proceso de investigación que implica, de forma sistemática y cíclica, la ejecución de una serie de fases concatenadas: desde el estudio riguroso de las especies de anfibios ya existentes y descritas a nivel mundial, pasando por un trabajo de campo minucioso de exploración, observación nocturna y levantamiento fotográfico de las nuevas especies identificadas, hasta la ejecución de pruebas de ADN en el Laboratorio de Biología Molecular de la UTPL, para finalmente realizar una integración de datos genéticos y morfológicos que permiten realizar la descripción oficial de los hallazgos ante la comunidad científica internacional.
Diego Armijos Ojeda, quien es también líder del proyecto de vinculación por parte de UTPL, destaca que todo el proceso de monitoreo e investigación científica es desarrollado siguiendo protocolos internacionales de manejo y cuidado animal y contando conlos permisos y respaldo del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador.
El proceso no concluye con la descripción oficial de la especie a través de una publicación científica y su correspondiente registro en el GenBank, una base de datos pública de secuencias genéticas a nivel global liderada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. En ese momento, la misión de conservación recién empieza.
Desde la universidad, explica Armijos, luego de describir una especie, evalúan su estado de conservación bajo los parámetros de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y, desde ese conocimiento, establecen estrategias de conservación que se puedan ejecutar por medio de un trabajo colaborativo entre la academia, fundaciones ambientales, organismos gubernamentales y miembros de la sociedad civil.
Cuando ya describimos una especie, el siguiente paso es evaluar su estado de conservación bajo los lineamientos de la UICN para saber si está amenazada o en peligro de extinción. Con ello, desde la UTPL proponemos estrategias específicas que contribuyan a la protección de cada especie, buscando siempre la unión de distintos actores estratégicos de la sociedad.
Diego Armijos Ojeda
Docente del departamento de Ciencias Biológicas y Agropecuarias – UTPL
Buscando la consecución del máximo objetivo del proyecto de vinculación, las instituciones trabajan paralelamente en la ejecución del Plan de acción para la conservación de anfibios del Abra de Zamora, contemplando para ello dos ejes de intervención adicionales a las acciones de exploración y monitoreo de anfibios:
- Identificación de amenazas y evaluación de enfermedades que afectan a las poblaciones de anfibios; y,
- Capacitación e implementación de acciones de manejo y educación ambiental para la protección de anfibios.
UTPL y NCI aspiran que, hasta 2027, el trabajo coordinado entre distintas entidades bajo este plan, permita tener integrada ya el Abra de Zamora en algunas categorías eficientes de conservación a nivel nacional.